LA MASONERÍA Y LA SOCIEDAD ANDALUZA
La falta de documentación suficiente que sustente
la existencia regular de logias
masónicas, la desconexión entre las logias, en algunos casos de poca entidad y
de muy breve vida, y por supuesto
muchos de cuyos afiliados era de origen extranjero, han impedido el tener un
cuadro nítido y fiel de la trayectoria de la masonería España
y por ende en el sur. No obstante, de la
primera logia de la que se tiene noticia en España es la fundada por el Duque
de Wharton y un grupo reducido de ingleses el 15 de febrero de 1728. Esta
logia, inicialmente conocida como French Arms, nº 50, en otros documentos
figura como Three Flowers de Luces (las Tres Flores de Lys, por el nombre del hotel en
el que se constituyó), fue finalmente conocida como La Matritense. Esta
última denominación se adoptó en la reconstitución de la misma en 1977.
En Andalucía se constituye en Gibraltar Lodge of St. John of Jerusalem, y
registrada como la
Gibraltar Lodge nº 51 bajo el mandato de James Comerford Gran
Maestre Provincial de Andalucía, y “con jurisdicción en Gibraltar y lugares
adyacentes.”
El siglo XVIII es, desde nuestro punto de vista, un
siglo de esporádicas catas que ilustrados españoles hacen en la filosofía y
simbología masónica, pero que no llega a consolidarse como ocurre en otras
naciones europeas, por razones que tienen su origen, de una parte, en las
instituciones políticas y religiosas de España, y por otra parte en la propia
estructura de la sociedad española de la época muy creyente aún en la religión católica.
Podemos, pues, afirmar, y de acuerdo con otros
autores, que hasta principios del siglo XIX no se puede hablar de masonería en
territorio español y por consiguiente andaluz. Ferrer Benemeli (1) nos dice que
en 1813 existe en Cádiz una logia de matiz liberal en la que entra Alcalá
Galiano, y en ella encuentra a Mexía Lequerica, que fue diputado en las Cortes
de 1812, a
un comprometido liberal Fran cisco
Istúriz, comerciante gaditano. Hubo también otra logia en 1815, con el título
de Logia de la Esperanza, ubicada tal vez en Cádiz, según Ferrer Benemeli, y
que fue borrada de las listas oficiales en 1832.
En esta época, y hasta bien entrado el siglo XIX, el
término masón se asocia al de liberal y revolucionario. Por ello sufrió
persecuciones durante el reinado de Fernando VII. Fran cisco
Ramón de Eguía y Letona, nacido en Durango en 1750, fue nombrado en 1819
Capitán General de Granada en sustitución de Montijo. Fue depuesto durante
motín popular del 13 de marzo 1820 al comienzo del Trienio Constitucional. Anteriormente mientras ostenta el cargo de Secretario de Estado y del Despacho de Guerra
en carta escrita al rey dice que no tiene la menor duda de que existen logias
de francmasones en las ciudades de Cádiz, Coruña, Córdoba, Málaga, Murcia,
Valencia, Granada, Cartagena, Valladolid, Zaragoza, y las Villas de Bilbao y
esta Corte (o.c. 153). El corto periodo de tiempo al frente de la Capitanía General
de Granada le es suficiente a Eguía para aniquilar el Grande Oriente de
Granada, grupo de relevante importancia e influencia en la masonería en la
España de aquella época. De hecho, Alcalá Galiano, en sus Memorias afirma que la cabeza de la sociedad masónica
no estaba en Madrid, sino en Granada, cuyo Capitán General era el Conde de
Montijo, presunto sucesor del conde de Aranda en el cargo de Gran Maestre.
Es importante destacar
durante siglo XIX, el impacto que el krausismo introducido en 1846 por Julián
Sanz del Río en su libro Ideal de la Humanidad para la Vida ejerce sobre
la sociedad ilustrada de la
época. Se abre en esta
publicación una relación ideológica entre la doctrina del filosofo Karuse y la masonería. Fran cisco Giner de los Ríos,
seguidor de las ideas introducidas por Sanz del Río, fundó la Institución Libre
de Enseñanza, junto a otros
intelectuales españoles. Giner de los Ríos no quiso centrarse en la teoría del conocimiento sobre la
concordancia entre razón y realidad, postulado por el Krausismo, por el
contrario, Giner, más pragmático, se orienta hacia la técnica del conocimiento
y, para ello, como el vehículo mas adecuado con el que profundizar en la
educación como psicología armónica mediante la que se puede formar individuos
en la vida moral y social. El énfasis de su doctrina se basa en el estudio y la
reflexión como instrumentos para alcanzar la libertad, concordante con el
principio masónico, “el hombre nace débil, el estudio y la reflexión le
hacen libre.”
Sin embargo, pese a la presencia de egregias figuras en el panorama
socio-cultural español del siglo XIX, éste periodo se distingue por la división
de obediencias que afectan a Andalucía en especial. El 9 de enero de 1889 se
constituyó un nuevo Cuerpo Masónico, que adopto el título distintivo de Grande
Oriente Español, y en el que figura como Gran Maestre Miguel Morayta y
Sagrario. En los albores del siglo XX hubo intentos de unificación en España,
pero cabe destacar el llevado a cabo por Miguel Morayta, quien, a finales del
siglo XIX, intentó unificar a todos los
masones españoles bajo la jurisdicción
del recién creado Gran Oriente Español.
Otra obediencia masónica a
destacar es la
Gran Logia Simbólica Regional Catalana-Balear, que sobrevivió
la crisis de finales del siglo XIX, y en 1921 extendió su ámbito a toda
España al denominarse Gran Logia
Española.
A finales del siglo XIX en
Andalucía hay múltiples logias en todas las provincias, y cabe destacar la
provincia de Granada. Los masones de Granada hubieron de enfrentarse, no
obstante, a la abierta oposición de una
sociedad cerrada muy tradicional que se oponía a cualquier tipo de reforma o
modernización de la vida de la región. La Guerra Civil en Granada se cebó contra la sociedad de
izquierdas que sufrió una de las más cruentas represiones de la guerra con
fusilamientos masivos, e igualmene contra los masones a los que tuvo
prisioneros de Viznar, y a los que obligaba, entre otras actividades a hacer de
barrenderos pero vistiendo el mandil de grado de cada uno e esas actividades.
Así mismo, les pusieron de enterradores de los fusilados según declaraciones de
Antonio Mendoza Lafuente, recogidas en un artículo de IDEAL
Según el historiador granadino López Casimiro,
investigador conocido de la masonería granadina, en su libro Masones en
Granada, escribe que hubo en la provincia de Granada hasta 26 logias de
las que 12 estaban ubicadas en la capital y 14 en la provincia, y de ellas una
sólo fue femenina con 13 mujeres en Loja, ésta tutelada por una logia
masculina. En la capital, según este historiador hay constancia de una mujer
masona. Las logias estaban extendidas por toda la provincia, en Zújar, Motril,
Salobreña, Almuñecar, Algarinejo, La Rábita.
Es digno de mención el caso
del francmasón José Aguilera López quien aparte de dedicarse a sus tareas
docentes regulares, pues fue secretario de la Junta Provincial
de Instrucción Pública, concentró su tiempo en aplicar el ideal masónico a
través de la enseñanza.
Aguilera fue miembro de la logia Lux in
excelsis nº 7 algunas de cuyas tenidas se celebraban en la escuela San Andrés
de la que era director. Hombre de aguda inteligencia y hondo sentir democrático
fundó las escuelas municipales de enseñanza para adultos, y en la Sociedad de
Amigos del País, sita en la
calle Duquesa ,
participó activamente en las enseñanzas para la mujer, anticipándose a
su tiempo.
Aguilera, aparte de publicar
diversos libros creo una sociedad con el título El fomento de las artes
cuya finalidad fue la instrucción y el mejoramiento social de las clases
obreras. La sociedad dedicó su tiempo a propagar entre sus miembros el
conocimiento de la pedagogía como instrumento básico en la instrucción pública.
La institución encargó en sus comienzos al arquitecto municipal Juan
Monserrat el establecer en Granada los
“Jardines de Infancia”. La importancia de los trabajos de la sociedad fue de
tal magnitud que Juan F. Riaño, director
general de Instrucción Pública aportó un lote de 550 libros a la biblioteca de la sociedad. Esta
biblioteca, en su afán de fomentar la lectura entre las clases trabajadoras
abría sus locales en la
calle Elvira nº 117 todos los domingos de 11 a 14 horas. Su fama se
extendió por toda España y el periódico EL NORTE decía:
Entre las innovaciones que
la sociedad aporta a la sociedad granadina fue el estudio de la mujer. Efectivamente ,
en 1884, el catedrático de Instituto Rafael García Álvarez, pronunció la
conferencia de inauguración del curso 1884/85 titulada La mujer. En la sociedad se dieron ciclos de
conferencias sobre Fisiología e Higiene, Escritura y Gramática, Aritmética,
Geografía y Física y Química. En esta institución la mitad de los miembros
pertenecían a la
francmasonería. El propio Ayuntamiento, a la muerte de José
Aguilera López en enero de 1901, acordó consignar en acta el profundo
sentimiento de pesar de la corporación por la muerte del “veterano y celoso
maestro”. Los datos sobre José Aguilera que hemos mencionado arriba están
abreviados de los trabajos del historiador granadino Fran cisco
López Casimiro (4).
La imbricación de la
masonería en la sociedad granadina duró hasta el comienzo de la guerra civil.
En esa época había tres logias masónicas en Granada una denominada “Alonso
Quijano”, en la calle
Duquesa , otra denominada “Alhambra”, en el Hotel “Bosque de
la Alhambra” por sobrenombre “Hotel Reuma”, y otra en la calle Elvira , que se
supone fue la logia “Ángel Ganivet”.
En 1940 se acusa a García Lorca de haber pertenecido a la masonería,
iniciado en la logia
Alhambra con el nombre de Homero, y que aparecía en la lista
requisada en el domicilio de Fran cisco
Moral, secretario de la
logia Ganivet y delegado de la Gran Logia Española.
Lorca fue acusado por la Comisaría de Investigación y Vigilancia de Granada,
aunque ante la falta de pruebas fidedignas el expediente es sobreseído en 1946.
La relación de masones mecanografiada en papel timbrado, aunque sin fecha,
firma o sello masónico, incluía a 67 masones, de los que 58 eran masones
granadinos, sólo 9, Lorca entre ellos, sin documentación fehaciente. No es de extrañar esta acusación contra Lorca
ya que Fernando de los Ríos, masón en aquellos tiempos, pudo haber ejercido una
fuerte influencia en García Lorca, a quien aquel consideraba como su hijo
espiritual. Por otra parte, Lorca es por entonces una persona fascinada, según
López Casimiro, por el esoterismo masónico, el ceremonial y el ritualismo de la
Orden.
La influencia de J.Mª. Escribá y
Balaguer es notoria en especial por la difusión de su obra “Camino”, en la que
podemos leer en uno de sus consejos, el nº 833 la siguiente recomendación “¡Caudillos!...Viriliza
tu voluntad para que Dios te haga Caudillo, ¿no ves como proceden las malditas
SOCIEDADES SECRETAS?(léase Masonería).Nunca han ganado a las masas. En sus
antros secretos forman a unos cuantos hombres-demonios que se agitan y
revuelven a las muchedumbres, alocándolas para hacerles ir tras ellos, al
precipicio de todos los desórdenes...y al infierno. Ellos llevan una simiente
maldecida. Si tu quieres, ....llevarás la palabra de Dios, bendita mil y mil
veces, que no puede faltar. Si eres generoso..., si correspondes con tu
santificación personal, obtendrás la de los demás: el reinado de Cristo: que
‘omnes cum Petro ad Jesum per Maria m’.”(5)
Con la muerte del dictador, se
abre para la masonería española, y por consiguiente para la andaluza, una
puerta a la esperanza que se cristaliza, durante la transición, con el apoyo de
la Gran Logia
Nacional Fran cesa
que permite la creación por medio del Decreto nº 607 del Distrito de España,
que anteriormente dependía de la Gran Logia Provincial
Occitana.
Ahora bien, hemos de tener presente que este Decreto es el fruto de la
decisión de los masones españoles radicados en Fran cia
de lograr que la masonería futura española fuera reconocida por la mayoría de
la masonería universal, lo que abriría las puertas a la regularidad que
anteriormente no había tenido la masonería española.
Estos principios básicos, clave para el reconocimiento regular de la Gran Logia de España,
exigen, en primer lugar, la creencia en el Gran Arquitecto del Universo, además
de la obligación de cada iniciado de prestar juramento o promesa ante el Libro
de la Ley Sagrada
de su creencia; que podrán formar parte de la Institución los varones mayores
de edad; que la Gran Logia
de España debe tener jurisdicción soberana sobre las logias de su
dependencia sobre los grados de
Aprendiz, Compañero y Maestro; que las Tres Luces – El Libro de la Ley Sagrada , la
Escuadra y el Compás – estarán presentes durante el desarrollo de los trabajos;
y la prohibición de toda discusión política o religiosa y respeto y observancia
de los antiguos Landmarks, Usos y Costumbres de la Orden.
Sin embargo lo anterior, el primero de estos
principios es el de la regularidad, que establece que “Toda Gran Logia deberá
ser formada legalmente por una Gran Logia reconocida o por tres o más Logias
regularmente constituidas”. Por ello el primer aso fue el de formar la primeras
logias españolas bajo la jurisdicción de la Gran Logia Provincial
de Occitania de la
Gran Logia Nacional Fran cesa.
Mediante Decreto nº 656 de la Gran Logia Nacional
Fran cesa de 2 de julio de 1982 se
crea la Gran Logia
de España. Desde esa fecha se han ido consolidado las relaciones con las
Grandes Logias regulares. En la actualidad el reconocimiento ha superado la
cifra de 151 Grandes Logias regulares.
En la actualidad de las
quince logias que hay en Andalucía, ahora dividida en Andalucía Penibética y
Andalucía Bética, la de
Granada “Giner de los Rios” data de 1986 y se constituyó con
hermanos procedentes de la Respetable Logia Lessing , pero granadinos de
origen o residentes en Granada.
El núcleo inicial de la Logia Giner de los
Rios esta formado por Juan
Olmos Genovés, Rafael Rodríguez, Aurelio Cid Acedo, Juan
Antonio Rivas López, José Antonio González, Antonio Mendoza García, al que se
unen posteriormente hermanos de Almería que se desplazan desde su ciudad para
las tenidas cada dos semanas en Granada.
También, en Granada, se
reconstituye, a finales de los años noventa,
el Soberano Capítulo “Rosa Cruz, Lealtad, 302, “perteneciente al Supremo
Consejo del Grado 33 para España”. Tanto la logia Giner de los
Rios, como el Capítulo “Rosa Cruz, Lealtad” celebran sus tenidas en el Hotel
San Antón de Granada.
_______________
(1) Ferrer Benemeli, J.A., Masonería
Española Contemporánea, Vol.1 1800-1868, siglo XXI editores, 2ª ed. Mayo 1987.
(2) Boletín Oficial nº 366 del
Grande Oriente Español de Octubre de 1922.
(3) Boletín Oficial ibd.
(4) López Casimiro, IDEAL, 30 de
diciembre de 2000, pag.23, ver también La Masonería Granadina ,
del mismo autor.
(5) Dalmau, J. (fraile) Contrapunts
al cami de l’Opus Dei, Apud. La Fran c-Masonería,
Barcelona, 1982, Tomo 1º, pag. 268.
(5) IDEAL, 16 octubre 2000, 30
de diciembre de 2000, 17 de abril de 2001, 8 de octubre de 2001, 26 de dicembre
de 2001.
Nota: los datos históricos
generales sobre la masonería ha sido recopilados de los trabajos publicados por
autores como Ferrer Benemeli, Gay Armenteros, Fran cisco
López Casimiro , Enriquez del Árbol, y los periodistas Marta
Osorio y Eduardo Diaz Lobón del periódico IDEAL, así como los Boletines Oficiales de la Gran Logia de España, y
los propios datos y archivos del autor de esta comunicación, muchos de los
cuales coinciden con los de los autores aquí mencionados. Algunos de los datos
han sido recogidos en conversaciones mantenidas por el autor con el anterior
Gran Maestro de la Gran
Logia de España Lluis Salat i Gusils.
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