miércoles, 30 de julio de 2014

"No es fácil ser cara visible de una Orden perseguida por la eterna sospecha"

                                                   Gran Logia de España


"No es fácil ser cara visible de una Orden perseguida por la eterna sospecha"
 
"Uno puede utilizar la masonería para mejorar como ser humano, pero la masonería nunca te dará ni poder ni riqueza" Así abre El Triangle, el primer semanario en catalán por difusión, su entrevista al Respetable Hermano Carles Font, Gran Maestro Provincial en Catalunya de la Gran Logia de España,

El Respetable Hermano reflexiona en la entrevista sobre el grado de exposición publica que implica ser el máximo representante de la Gran Logia Provincial de Catalunya. "Supongo que no es fácil dar un paso como este, ser la cara visible de una organización a la cual persigue una eterna sospecha, pues se deja de lado la discreción y se sale del armario, masónicamente hablando", dice. "En mi caso no fue difícil, porque en mi entorno familiar, profesional y de amigos casi todo el mundo lo sabía", añade.

"Seguro que alguien le mira ahora de reojo", repregunta El Triangle. "Será problema suyo. Yo sigo siendo el mismo, con mis defectos y virtudes", responde el Gran Maestro Provincial que reflexiona acerca de la pervivencia en España de la leyenda negra de la Masonería extendida durante años de persecución. "En otros países, la masonería se percibe como algo normal, e incluso hay lugares donde es motivo de prestigio. En Estados Unidos los masones incluyen tal condición en su currículum. Una vez un hermano de Boston que se quería instalar en Barcelona me enseñó el currículum y le aconsejé que no pusiese que era masón. El hombre no entendía por qué".
 
Fuente: Gran Logia de España

martes, 29 de julio de 2014

LA ESTATUA DE LA LIBERTAD

Construcción de la antorcha de la Estatua de la Libertad en los talleres de París.
          
   
Quizá sea la Estatua de la Libertad la escultura de raigambre masónica más célebre de nuestra reciente historia del arte. Airosa de líneas, magnífica en su concepción, obra maestra de ingeniería por añadidura, la colosal figura enarbola una antorcha cuya luz, espiritual amén de material, derrama hasta los confines del mundo. Estandarte de libertad para todos los hombres, con independencia de su credo y su origen, símbolo por antonomasia de la verdad, la tolerancia y la justicia, se erige a la entrada del puerto de Nueva York, de cara a Europa, como luminaria axiológica de la civilización occidental contemporánea. 
              
Su ascendencia sincrética la hace heredera de antiguas deidades, como la Isis de Egipto, la babilónica Ishtar o la griega Astarté. De su rostro hierático y un tanto arcaico se ha dicho que pudo haber sido inspirado por aquel de la madre del artista o por las facciones de una de las bellezas de la época, Isabella-Eugénie Boyer, esposa del rey de las máquinas de coser, Isaac Merrit Singer. Se nos muestra ataviada con un peplo, que cabe imaginar purpúreo, y tocada con una tiara de siete puntas, dispuestas en semicírculo, a guisa de arco celeste de ciento ochenta grados, cual trasunto de los siete continentes y los siete mares. En la mano izquierda sostiene la tabla de la Ley, cuyos caracteres incisos en cifras romanas rememoran la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América: “JULY IV MDCCLXXVI”. A sus pies, ya rotas, las cadenas nos remiten a la emancipación humana. Los tres escalones del pedestal sobre el que descansa se corresponden con los tres grados masónicos: aprendiz, compañero y maestro. Tal pedestal se levanta a su vez sobre un zócalo preexistente en forma de estrella irregular de once puntas.
 
La Estatua de la Libertad es la obra cumbre de un artista visionario y masón universal: el escultor Frédéric Auguste Bartholdi (Colmar, 1834-París, 1904).
 
Parece ser que el proyecto de levantarla se fraguó en el verano de 1865 durante una velada en la casa del jurista y político francés Édouard René de Laboulaye (1811-1883), en Glavigny, cerca de París; entre la concurrencia se hallaban Oscar y Edmond de Lafayette, descendientes del célebre marqués del mismo nombre, el historiador y masón Henri Martin (1810-1883), y el propio Bartholdi, que a la sazón estaba realizando un busto del anfitrión. Fue Laboulaye quien tuvo la idea de que los franceses ofrecieran un monumento a los Estados Unidos como conmemoración del centenario de la independencia norteamericana así como testimonio de la ya antigua alianza entre ambos países. Se ha especulado con la posibilidad de que tan espléndido gesto encubriera como segunda intención la de subrayar el contraste entre las libertades norteamericanas y el régimen represivo del Segundo Imperio francés. Sea como fuere, el joven Bartholdi quedó seducido tanto por la grandeza de la idea como por el reto que su posible ejecución había de suponer para su talento.
 
       
Montaje de la Estatua de la Libertad en los talleres de París.
 
          
El proyecto quedó en el aire durante los últimos años de gobierno de Napoleón III y aquellos de la guerra Franco-Prusiana. Terminada ésta, Laboulaye, Lafayette, Henri Martin, el marqués de Noailles y el de Rochambeau resucitaron el proyecto y sugirieron a Bartholdi que visitara América para gestionar la ofrenda del monumento, ofrenda que debía verificarse el 4 de julio de 1876, fecha del centenario de la Declaración de Independencia.
 
Armado con un puñado de buenas intenciones y varias cartas de recomendación, el escultor partió por vez primera a los Estados Unidos en junio de 1871. Dícese que apenas tenía un boceto del monumento que avalara el proyecto y que fue mientras iba descubriendo la bahía de Nueva York, al borde del Pereire, cuando tuvo la visión de una diosa que, sosteniendo una antorcha, diera la bienvenida a los inmigrantes que llegaran a esa nueva tierra de promisión. Y cuentan que rápidamente se hizo con lápiz y pinceles y abocetó en acuarela la idea de una Estatua de la Libertad que superara la idea de simple monumento para convertirse en referente de gran valor moral.
 
Pese a que esta bella historia ha quedado en entredicho por mor de un primer esbozo en terracota modelado por Bartholdi en 1870 y que actualmente se conserva en el Museo de Bellas Artes de Lyon, lo cierto es que ese primer viaje sí fue decisivo para la elección de la isla de Bedloe, (“isla de la Libertad”, desde 1956) como ubicación de la estatua, cuestión que debió de tratar ya el escultor en la entrevista que mantuvo con el presidente norteamericano Ulysses Simpson Grant el 18 de julio de 1871.
 
Por mutuo acuerdo entre ambos países, Francia se encargó de la construcción y ensamblaje de la figura mientras que Estados Unidos llevaría a cabo la edificación de su pedestal.
 
Para hacer frente a la financiación de la escultura, se fundó en París la Unión Franco-Americana que, en el otoño de 1875 y bajo la dirección de Henri Martin, comenzó la campaña de su promoción por medio de artículos periodísticos, espectáculos, banquetes y loterías. Gracias a las donaciones de 100.000 particulares, muchos de ellos masones, del Gran Oriente de Francia, de numerosas ciudades y varias cámaras de comercio, hacia 1880 ya se habían conseguido recaudar suficientes fondos para la estatua. Bartholdi acometió su montaje en los talleres parisinos de la rue Vavin. Se encargó al ingeniero Gustave Eiffel el diseño de la estructura interna de la estatua y a la firma Gaget-Gauthier la fabricación de las planchas de cobre que habían de conformar su superficie exterior.
 
Bartholdi pertenecía a la masonería desde su ingreso, en 1875, en la logia "Alsacia-Lorena". Sus hermanos de este taller fueron testigos de primera mano de la génesis de la Estatua de la Libertad y ello hasta el punto de que, una vez concluida el 21 de mayo de 1884 y antes de mostrarla al comité estadounidense, Bartholdi les solicitó su opinión previa, de tal suerte que, como si se tratara de un peregrinaje, fueron en bloque a visitarla el 19 de junio. En una cena celebrada el 4 de julio de ese mismo año la estatua sería formalmente presentada a Levi Parsons Morton, embajador norteamericano en Francia y al vizconde Ferdinand de Lesseps, cabeza de la Unión Franco-Americana. De la relación de la logia "Alsacia-Lorena" con la escultura da fe asimismo una conferencia que pronunció el escultor el 13 de noviembre de 1884 en la que compartió con sus hermanos los detalles del proceso y método de ejecución.
 
Mientras tanto, se proyectaba en Norteamérica la construcción del pedestal. La recaudación de fondos para llevar a cabo tal empresa se encontraba bajo la responsabilidad del Fiscal General y presidente del Comité Americano William Maxwell Evarts, si bien fue Joseph Pulitzer, el editor y propietario del New York World, quien, gracias a su influencia mediática, consiguió mayores logros en este sentido.
 
Coincidiendo con el aniversario del nacimiento de George Washington del año 1877, el Congreso de los Estados Unidos dio su aprobación para el levantamiento del monumento y el Presidente Rutherford Birchard Hayes autorizó para escoger un terreno apropiado al general William Tecumseh Sherman quien, haciendo realidad los deseos de Bartholdi, se decantó por la isla de Bedloe. 
 
El 5 de agosto de 1884 tuvo lugar la colocación de la primera piedra del pedestal de la estatua de la Libertad que se hizo según el rito masónico. Asistieron más de un centenar de masones. El arquitecto principal del pedestal, Richard Morris Hunt, presentó las herramientas de trabajo al Gran Maestro, William A. Brodie, el cual las distribuyó por turnos a los oficiales de la Gran Logia de Nueva York, el Diputado Gran Maestro, Frank R. Lawrence, el Primer Gran Vigilante, John W. Vrooman, y el Segundo Gran Vigilante, James Ten Eyck
          
   
Permítasenos analizar con especial detenimiento un momento de gran interés masónico como fue la ceremonia que se celebró con motivo de la colocación de la piedra angular del pedestal de la estatua. Era tradición en América la celebración de ritos masónicos con ocasión de la colocación de la piedra angular en grandes edificios, públicos y privados, como ejemplifica que el 18 de septiembre de 1793 George Washington colocara personalmente la piedra angular de la capital de los Estados Unidos, con la asistencia de la Gran Logia de Maryland. Siguiendo esta costumbre, William M. Evarts contactó con la Gran Logia de Masones Libres y Aceptados del estado de Nueva York y solicitó la celebración de un acto masónico para la ocasión. La invitación de Evarts debe considerarse, empero, como algo más que la manifestación de la influencia local de la masonería o la mera continuación de una práctica nacional. En este sentido, la presentación y levantamiento de la Estatua de la Libertad tuvieron una repercusión internacional y el hecho de delegar la colocación de su piedra angular a la hermandad masónica puede estimarse como un digno tributo ofrecido a todos los hombres libres de elevados principios y reconocido prestigio.
 
Se señaló el 5 de agosto de 1884 como fecha para la ceremonia que, pese a una lluvia inclemente, se celebró siguiendo un meticuloso ritual. El buque Bay Ridge profusamente decorado con la bandera tricolor francesa y las barras y estrellas norteamericanas transportó a la Isla de Bedloe a un centenar de miembros de la Gran Logia de Nueva York, así como a otras personalidades masónicas. A causa de la limitación de espacio, el tradicional desfile masónico fue omitido y el programa comenzó tras la interpretación por una banda militar de La Marsellesa y la canción patriótica Hail Columbia. El arquitecto principal del pedestal, Richard Morris Hunt, presentó las herramientas de trabajo al Gran Maestro, William A. Brodie, el cual las distribuyó por turnos a los oficiales de la Gran Logia, el Diputado Gran Maestro, Frank R. Lawrence, el Primer Gran Vigilante, John W. Vrooman, y el Segundo Gran Vigilante, James Ten Eyck. Entonces el Gran Secretario, Edward M. L. Ehlers, leyó la lista de objetos incluidos en un cofre de cobre que se depositó bajo la piedra angular: una copia de la Constitución de los Estados Unidos; otra del discurso de despedida de George Washington; veinte medallas de bronce de presidentes estadounidenses, entre las que se incluían las de Washington, Monroe, Jackson, Polk, Buchanan, Johnson, y Garfield (todos ellos conspicuos masones); ejemplares de periódicos de la ciudad de Nueva York; un retrato de Bartholdi; una copia del Poema a la Libertad, de E.R. Johnes; y una lista en pergamino de los oficiales de la Gran Logia.
 
Pedestal de la Estatua de libertad erigido siguiendo el ritual masónico tradicional
          
   
Siguiendo el ritual de rigor, la piedra angular fue probada, tras lo cual el Diputado Gran Maestro completó el trabajo aplicando el mortero y situándola firmemente en su lugar. William A. Brodie la golpeó tres veces con un martillo y certificó que estaba debidamente colocada. Acto seguido, los elementos de la consagración —cereales, vino y aceite— fueron presentados por los citados  Lawrence, Vrooman y Ten Eyck.
 
El Gran Maestro disertó brevemente sobre la relevancia de la hermandad masónica, tanto en ese acto concreto como, de modo más general, en la liberación de los hombres de las trabas y cadenas de la ignorancia y de la tiranía. El principal discurso corrió a cargo del Diputado Gran Maestro Lawrence quien afirmó que las gigantescas proporciones de la estatua habían por fuerza de quedar eclipsadas ante la nobleza y elevación de la idea que encarnaba: la Libertad como sendero hacia la civilización, como la principal y más noble aspiración del ser humano.
 
El 17 de junio de 1886 y a bordo de la fragata francesa Isère, la escultura llegó a Nueva York donde recibió una acogida triunfal por parte de los neoyorquinos. Para hacer posible su transporte había sido desmontada en 350 piezas, divididas en 214 cajas. Una vez en tierra americana sería  ensamblada sobre su nuevo pedestal, operación que se llevó a cabo en cuatro meses.
 
       
Placa colocada  el 5 de agosto de 1984 por la Gran Logia de Nueva York en la Estatua de la Libertad en conmemoración del centenario de la colocación de la piedra angular de su pedestal, 1884-1984.
 
          
El monumento fue inaugurado el 28 de octubre de 1886. El acto contó con la presencia de seiscientos invitados, muchos de ellos masones, millares de espectadores y un multitudinario desfile en el que también participaron las logias locales. En nombre del pueblo francés, Ferdinand de Lesseps ofreció la escultura al líder del Comité Americano, William M. Evarts. Acto seguido, tanto la figura como su pedestal fueron presentados ante al presidente Stephen Grover Cleveland, quien, en nombre de los Estados Unidos, los aceptó agradecido. Bartholdi tiró entonces de un lazo de seda descubriendo así el rostro de la escultura del velo tricolor que lo cubría. La ceremonia fue coronada por un discurso del senador Chauncey Mitchell Depew, uno de los más famosos oradores de la historia de los Estados Unidos y miembro activo de la Logia Kane, n.º 454, así como por la bendición de Henry C. Potter, Obispo de la Iglesia Episcopal de la diócesis de Nueva York.
 
Ya de regreso en Francia, es sabido que Bartholdi hizo partícipes a los miembros de la logia "Alsacia-Lorena" de la fervorosa acogida que en los Estados Unidos habían dispensado a la Estatua de la Libertad.
 
Inscripción en conmemoración de la ceremonia masónica de colocación de la primera piedra angular del pedestal de la Estatua de la Libertad el 5 de agosto de 1884 auspiciada en agosto de 2011 por las Grandes Logias de Nueva Jersey y Nueva York representadas por sus Grandes Maestros Glenn R. Trautmann y James Sullivan
          
   
Dada la popularidad del monumento no es de extrañar que se encargaran diversas réplicas del mismo, como la ofrecida a la ciudad de Poitiers por suscripción pública y bajo la iniciativa de las logias masónicas de la región de Vienne. Otras copias, también en escala reducida, se encuentran en París: en el puerto de Grenelle, de la Isla de los Cisnes; en el Jardín de Luxemburgo, del lado de la rue Guynemer; y en el interior del Museo de Artes y Oficios.

lunes, 28 de julio de 2014

"La Masonería ha sido mi vida"


Sociedad




"La Masonería ha sido mi vida"
 
"La Masonería ha sido mi vida". Con esta frase, recogida en un extenso perfil publicado por el diario El País, el nuevo presidente del Ateneo de Madrid, el Querido Hermano Cesar Navarro, reivindica su pertenencia a la Orden y evoca el hecho de que “muchos presidentes ateneístas han sido igualmente masones”.

Por tercera vez, los miembros de esta institución fundada en 1835 han designado a este médico de 81 años, "hombre afable, de atenta escucha y maneras corteses" como lo describe el diario, para ocupar su presidencia con el objetivo de recobrar para el Ateneo de Madrid la cualidad y condición de vanguardia de la sociedad civil madrileña”.

El paso dado por el Querido Hermano es la expresión de un uso y costumbre ancestral de la Masonería: corresponde a cada masón administrar el conocimiento público de su condición, que ningún otro miembro de la Orden puede revelar por él. En países de amplia tradición democrática donde la Masonería nunca ha sido perseguida es habitual que esta condición se exprese de manera más abierta que en España, pues es siempre sinónimo de rectitud ética y compromiso social.
 
Fuente: Gran Logia de España

domingo, 27 de julio de 2014

FASCISMOS CONTRA LA MASONERÍA

El primer paso oficial que el fascismo italiano dio contra la masonería fue a raíz de la deliberación del Gran Consejo Nacional Fascista del 15 de febrero de 1923, con la participación del Duce y otros catorce miembros de dicho Consejo. El resultado fue invitar a los fascistas que eran masones a elegir entre el pertenecer al Partido Nacional Fascista o a la masonería.

Poco después el Gobierno italiano, por medio de la llamada Comisión de los Quince, preparó un informe histórico sobre el significado y la obra de la masonería. A la vista de este informe el propio Mussolini entregó a la Cámara un proyecto de ley el 12 de enero de 1925, que él mismo se encargó de presentar. Tras reconocer que de todos era conocido el papel que en el Risorgimiento italiano desempeñaron las sociedades secretas, dijo que la existencia de tales sociedades se justificaba en tiempos de esclavitud, no en los tiempos actuales de libertad. En los nuevos tiempos, era incompatible con la soberanía del Estado. La ley contra la masonería fue finalmente fue aprobada.
 
                
       
A la izquierda, Fernando Pessoa (1888-1935), uno de los mayores poetas y escritores de la lengua portuguesa, jugando al ajedrez con Aleister Crowley
 
 
Unos años más tarde, en el Portugal de Salazar, se iba a repetir la experiencia italiana. Oliveira Salazar centró su atención en el peligro de las sociedades secretas como responsable de la decadencia de Portugal. Un Informe contra las sociedades secretas acabaría siendo aprobado y promulgado oficialmente bajo forma del ley el 21 de mayo de 1935. El poeta Pessoa, declarándose no masón ni tampoco antimasón, escribió un largo artículo criticando el proyecto del señor Cabral, que se integraba, tanto por su naturaleza como por su contenido, en «las mejores tradiciones de los Inquisidores». Pessoa afirma que el proyecto de ley, aparentemente dirigido contra las «asociaciones secretas» en general, en realidad iba dirigido total o parcialmente contra la masonería, que no es una simple asociación secreta, sino una orden iniciática, cuyo secreto es el común a todas las órdenes iniciáticas, a todos los llamados misterios, y a todas las iniciaciones transmitidas directamente de maestro a discípulo.
 
La consecuencia de la promulgación de esta ley fue la persecución y el exilio para no pocos de los 9.500 masones portugueses catalogados entonces como tales por las fuerzas gubernamentales.
            
Hermann Göring (1893-1946) político y militar alemán, miembro prominente del Partido Nazi, lugarteniente de Hitler y comandante supremo de la Luftwaffe afirmaba en 1933: «¡Para la Francmasonería no hay lugar en la Alemania nacionalsocialista!»
         
 
                                                   
 
Por su parte, en la Alemania de Hitler, la lucha contra la masonería estuvo íntimamente ligada no sólo a la prohibición de las sociedades secretas y a la supresión del marxismo internacional, sino especialmente con la cuestión del judaísmo, en gran medida inspirada en Los Protocolos de los Sabios de Sión. Ya Hitler los utilizó múltiples veces en su obra Mein Kampf, en la que desarrolló en 1924, sus concepciones de «pueblo y raza» y manifestó su decidida lucha contra las potencias supraestatales que encarnaban «el judaísmo, el bolchevismo y la masonería». En Alemania, la difusión de los Protocolos sirvió para la propaganda hitleriana. Desde 1934 fueron introducidos en la enseñanza. De esta forma se fue extendiendo en Alemania la obsesión de la alianza subterránea de los judíos y los francmasones por la conquista del mundo.
 
Ante esta actitud de ataque y persecución, las logias alemanas —al igual que las de Italia y Portugal— por iniciativa propia cesaron sus actividades. El Gobierno requisó todos sus bienes muebles e inmuebles. Goering afirmaba en 1933: «¡Para la Francmasonería no hay lugar en la Alemania nacionalsocialista!». Y el 1 de marzo de 1942 escribía lo siguiente: «La lucha contra los judíos, los francmasones y las otras potencias ideológicas en lucha contra nosotros, es una tarea urgente del nacionalsocialismo durante la guerra».
 
Con la llegada de los alemanes a Francia, los primeros en ser señalados fueron los participantes del Frente Popular, los francmasones, los judíos, los anglosajones y, más tarde, los bolcheviques. Ello dio origen a la legislación antimasónica del Gobierno de Vichy, especialmente la ley del 13 de agosto de 1940 por la que se prohibían las sociedades secretas, sin hacer expresa mención de la masonería, su principal destinatario.
 
Fuente: Extractado de: José A. Ferrer Benimeli (Universidad de Zaragoza), El contubernio judeo-masónico-comunista, Madrid, 1982, pp. 223-272.

martes, 22 de julio de 2014

Explorando la Masonería Española

La Fundación UNED acoge un Curso de Verano que se adentra en la historia española de una de las organizaciones más controvertidas y enigmáticas desde la Edad Media

Símbolo
En general, los cursos que versan sobre la Historia suelen tener un interés especial para los asistentes, porque siempre se aprenden nuevos conceptos, nuevas teorías, nuevos acontecimientos con los que antes no te habías ‘cruzado’. Pero si el curso, además, versa sobre un tema tan discutido y polémico como la masonería, la cosa se pone aún más interesante. Según el DRAE, la ‘francmasonería’ es una ‘asociación secreta de personas que profesa principios de fraternidad mutua, usan emblemas y signos especiales, y se agrupan en entidades llamadas logias’. Pero esta definición resulta insuficiente para una mente curiosa que quiera conocer, realmente, qué es la masonería y cuál ha sido su influencia en nuestro país.

Por ese motivo, el curso “Doscientos años de masonería en España” ha resultado un éxito de participación y asistencia, donde los alumnos se han sentido completamente integrados, debatiendo en las diferentes sesiones, y los ponentes han disfrutado de la experiencia. Ya en el primer día, Rosa Mª Martínez Segarra, profesora titular de Derecho Constitucional de la UNED y directora del curso, aportaba una definición de la Masonería:


>> La masonería se define como una constitución universal de fraternidad que proclama la existencia de un principio creador, aún no identificado por el ser humano, al que denomina Gran Arquitecto del Universo. Tiene como principios la tolerancia mutua, el respeto a uno mismo y a los demás, así como la libertad de conciencia más absoluta. Tiene en consideración las concepciones metafísicas, siendo estas de dominio exclusivo e individual de cada miembro. Rechaza cualquier afirmación de carácter dogmático. Está abierto a todas las personas de cualquier condición social, raza, sexo, nacionalidad, opinión política o creencia religiosa. Investiga la verdad, estudia la moral y practica la solidaridad. Su divisa más aceptada es ‘Libertad, Igualdad y Fraternidad’, aunque un buen número de logias utilizan ‘Salud, Fuerza y Unión’.

Masonería General

Tres días que han dado para mucho, analizando la influencia de la institución todos los ámbitos de sociedad española, desde sus orígenes hasta nuestros días, y relacionándola con la conformación del Estado Constitucional, la evolución del pensamiento filosófico, los derechos y libertades. Para ello, ha contado con importantes personalidades de la propia organización, como Jesús Soriano Carrillo, Gran Comendador del Supremo Consejo grado 33 y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España; Óscar de Alfonso Ortega, Gran Maestro de la Gran Logia de España; o Ramón Torres Izquierdo, pasado Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 para España. Además de catedráticos de universidad y expertos en la materia.

Profesores Núñez Rivero y Martínez Segarra 2
Entre la variedad de asistentes (más de cuarenta matriculados) llamaba la atención un grupo de mujeres que se acercaban al mundo de la masonería por primera vez, y que terminaron el curso complacidas; o un caballero de avanzada edad que, en palabras de la directora “nos sigue allá donde vamos”; o un estudiante de doctorado de la UNED, ávido de conocimientos. El tema interesa, en mayor o menor medida, a todo el mundo. Quizá porque, como decía Cayetano Núñez Rivero, profesor titular de Derecho Constitucional de la UNED y codirector del curso, en una entrevista emitida en CanalUNED, “lo importante de la masonería es cómo las ideas, eje de la masonería, se van a trasladar a la sociedad, en la época de la Ilustración, y eso va a dar lugar a las Grandes Revoluciones. No porque la masonería sea revolucionaria, sino porque las ideas de libertad, igualdad y fraternidad se van a proclamar en las logias”.

Terminamos aquí esta crónica con la opinión personal de la directora del curso acerca de la Masonería: “Como opinión personal, la considero como una escuela individual de formación para ser más tolerante, más solidario y más fraternal. Si las personas que pertenecen a la orden lo consiguen, el fin de la masonería se verá cumplido”.

Si quieres saber más sobre la Masonería,
puedes ver este vídeo de la serie Historia Viva en
CanalUNED
.

Fuente:http://sindistancia.es/2014/07/21/explorando-la-masoneria-espanola/

32 alumnos dan una lección de convivencia

Segunda época - número 30
 Fuente: Gran Logia de España

"Toda Gran Logia deberá ser regularmente establecida por una Gran Logia reconocida o por tres o más Logias regularmente constituidas" 
 
Principios básicos para reconocer a una Gran Logia
incluidos en la Constitución de la 
Gran Logia de España.


Internacional



Nuevo Gran Maestro en Azerbaiyan
 
Según informa la Agencia de Prensa Masónica, la Gran Logia Nacional de Azerbaiyán ha celebrado su Asamblea General, durante la que se procedió a la ceremonia de Instalación de su Gran Maestro, el Muy Respetable Hermano Aras Kazaz. El evento contó, según la agencia, con la presencia de los Grandes Maestros de Rusia y Alemania, el Gran Maestro de Honor de la Gran Logia Nacional de Rumanía y Pasado Gran Maestro de la Gran Logia de Washington DC.

La historia reciente de Azerbaiyan está marcada por su pertenencia a la Unión Soviética desde 1920 hasta su disolución, en 1991. Durante este largo periodo, la Orden, perseguida a lo largo del siglo XX por los totalitarismos de uno u otro signo, estuvo fuertemente reprimida en esta república bañada por el Mar Caspio. La IV internacional había declarado formalmente en 1922 que la masonería era contraria a ideología comunista. Sólo tras el colapso de la Unión Soviética, la Masonería ha reaparecido en los países que formaban parte de la esfera soviética.

Hoy, Azerbaiyán, que comparte fronteras con Rusia, Georgia, Armenia e Irán es uno de los países de mayoría musulmana con mayor apoyo al secularismo y la tolerancia religiosa. La Gran Logia Nacional de Azerbaiyán fue establecida en 2008, cuando se logró la autorización preceptiva de las autoridades civiles legalmente constituidas, tras un proceso de ocho años impulsado por las Grandes Logias de Washington DC, Rusia y Turquía.

La Gran Logia de España, garante en nuestro país de la regularidad masónica internacional, está en amistad con la Gran Logia Nacional de Azerbaiyán. La Masonería Española reconoce y es reconocida por un total de 174 Grandes Logias regulares en los diferentes continentes: 45 en Europa, 51 en Estados Unidos, diez en Canadá, once en México, ocho en Centroamérica, 24 en Sudamérica, 14 en África, siete en Australia y cuatro en Asia.


Gran Logia de España




32 alumnos dan una lección de convivencia
en las II Colonias Blasco Ibáñez

 
32 alumnos han participado en la Segunda Edición de las Colonias Blasco Ibañez organizadas por la Gran Logia de España. Niños y niñas de distintos puntos de la geografía española han aprovechado el inicio del verano para disfrutar de la naturaleza a través de actividades como piragüismo, senderismo, escalada, rapel o talleres medioambientales. 
 

Las II Colonias Blasco Ibáñez estaban abiertas a cualquier familiar de un miembro de la Gran Logia de España entre los ocho y los 16 años de edad y a menores de familias económicamente vulnerables. En la semana previa a las colonias tuvo lugar un curso intensivo de monitor de tiempo libre dirigido a los hijos y nietos de hermanos pertenecientes a la Gran Logia de España entre los 16 y los 21 años.

"
Queremos agradecer a todas las Logias, hermanos, Provincias y Hospitalarios que han participado en este proyecto de solidaridad, porque nos ha permitido abrir un espacio de convivencia en el que hemos podido cubrir una parte importante de las plazas con menores cuya situación familiar no les hubiera permitido disfrutar de una experiencia así. Uno de los grandes valores que la masonería proyecta es la profunda igualdad que debe haber entre los seres humanos. Si en el pasado, el genero, la raza, las creencias o la nacionalidad perturbaban esa igualdad, hoy es la riqueza material la que parece dividir a los hombres. Nada de eso ha estado presente en nuestras colonias", explican los organizadores.

¿Puedes descubrir el error de la bandera?
La Colonia contó con su propia bandera en cuya elaboración el fabricante, ajeno a la Masonería, no siguió el diseño de los organizadores. Una pequeña errata convierte a ese estandarte en único e irrepetible. ¿Puedes descubrir el error de la bandera?  


Sociedad




The Architect
Musica Masónica... para bailar

 
Masonería y música siempre han ido de la mano a lo largo de la historia. En el siglo XXI esta vinculación adopta nuevas formas y estilos, algunos de ellos sin duda sorprendentes. Es el caso del Querido Hermano Andreu Borràs, de la Respetable Logia Simbólica Arquímedes número 32 de Palma de Mallorca, quien ha producido y realizado un nuevo trabajo discográfico clasificado como música Dance con el título de  The Arquitect y bajo el seudónimo musical de Muzziva.

El trabajo, pleno de referencias masónicas, está concebido para convertirse en música de baile. Los títulos que componen este disco son como mínimo sugerentes: Invisible Force, Jericho, 33, Polaris, Shiva o The M Club son algunos.

Este disco forma parte del Proyecto Muzziva, que cuenta con la integración multidisciplinar de música electrónica, fotografía y vídeo en un entorno de simbología masónica. “La imagen de portada es una M invertida que sugiere el sol saliendo entre las montañas”, descubre el autor. El Querido Hermano no duda que su música pueda ser bailada en cualquier lugar del mundo, y que el hecho de ser masón le induce a realizar un tipo de obra “más profunda y con un significado pleno”.Toda su producción se halla a disposición del público en general en plataformas de compra habituales de internet.

miércoles, 16 de julio de 2014

El gabinte: La masonería.

El gabinte: La masonería. Radio Onda Cero.
Con Juan Adriansens, Manuel Delgado y el General Monzón reflexionamos acerca de la masonería a raíz de un ataque sufrido a su sede de Madrid. Una institución, hoy en día legal, que durante mucho tiempo ha sido perseguida y acusada de ser "diabólica" y que fue fundamental para la difusión de los ideales ilustrados y democráticos. Repasamos su historia, sus problemas y su situación de hoy en día.
http://www.ondacero.es/audios-online/julia-en-la-onda/gabinete/gabinte-masoneria_2014071500111.html#

martes, 15 de julio de 2014

Historia de la Masonería Cubana



¿Qué es la masonería? ¿Cuál es el origen de la masonería en Cuba? ¿Qué vínculos existen entre la masonería y las luchas libertarias de la isla? Estas y otras interrogantes son respondidas por Eduardo Torres-Cuevas, en un libro que permite acercar al lector a un tema que, a pesar de su indudable relevancia, ha sido poco abordado por la historiografía nacional.

Historia de la masonería cubana. Seis ensayos (Ediciones Imagen Contemporánea, 2013, 396 pp), que así se titula el volumen, es la tercera edición de un libro, aparecido por vez primera en el año 2004, basado en “Historia de la masonería de Cuba”, investigación concluida por el autor en 1975, hoy en proceso de revisión y actualización.

A partir de una amplia fuente documental y testimonial, Eduardo Torres-Cuevas analiza, entre otros temas, los cuerpos masónicos cubanos durante el siglo XIX, el Gran Oriente de Cuba y Las Antillas y la ruptura de 1868, el simbolismo masónico en la bandera de la estrella solitaria, la relación de la masonería con las guerras independentistas del siglo XIX y la masonería de la isla en las décadas finales de la pasada centuria.

En “Jose Martí y la masonería española”, el ensayo que cierra la entrega, se profundiza en la relación, entre los años 1868 y 1873, de Martí, y de otros jóvenes, “con la masonería –cubana y española— y, a su vez, la de ésta con los movimientos intelectuales y políticos cubano y español de la época”. He aquí algunos comentarios del autor, apoyados en el propio legado del Maestro:

Ciertas ideas martianas en torno y al centro de la masonería pueden completar su porqué masónico. Una de sus definiciones: “la masonería no es más que una forma activa del pensamiento liberal”. Entiéndase que este término se usaba para designar a “los partidarios de las libertades”.

La esencia de la masonería es “Obrar irrevocablemente, perfeccionar el ejercicio de la libertad, preparar a los ciudadanos a la vida pública, ayudar al logro de toda noble idea, estos son, sin uno más, sin nada de incógnito, sin nada oculto, son los misterios de la orden masónica”,

Historia de la masonería cubana. Seis ensayos se complementa con una galería de fotos y con valiosos documentos, entre ellos la carta patente de André Cassard, fechada en 1859, para crear los altos grados de la masonería en Cuba; el cuadro de miembros iniciales de la logia Buena Fe de Manzanillo –perteneciente al Gran Oriente de Cuba y Las Antillas—, vinculados a la guerra de 1868, y la cronología de los grandes funcionarios de los cuerpos masónicos cubanos, entre 1859 y 1977.

Doctor en Ciencias Históricas, Profesor Titular. Investigador Titular, director de la Biblioteca Nacional José Martí, presidente de la Academia de la Historia de Cuba y de la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz de la Universidad de La Habana, Eduardo Torres-Cuevas (La Habana, 1942) es autor de una valiosa obra encargada de recuperar figuras y momentos de la historia patria.

Galardonado, entre otros reconocimientos, con el Premio Nacional de Ciencias Sociales 2000 y el Premio Nacional de Historia 2005, en su bibliografía aparecen títulos como La polémica de la esclavitud. José Antonio Saco (1984), Félix Varela. Los orígenes de la ciencia y conciencia cubanas (1995), Antonio Maceo: las ideas que sostienen el arma (1995), La historia y el oficio de historiador (1996) y En busca de la cubanidad (2006).

Con la publicación de esta nueva edición de Historia de la masonería cubana. Seis ensayos, Eduardo Torres-Cuevas no solo se encarga de revelar un tema de indudable interés y trascendencia. Porque, a través de la lectura de estas páginas, será posible, igualmente, indagar en ese complejo y rico proceso de formación de la identidad de la mayor de Las Antillas.

Fuente: http://www.trabajadores.cu/20140715/historia-de-la-masoneria-cubana/

lunes, 14 de julio de 2014

La Masonería Española ante el ataque de su sede en Madrid

                                              "El  Oriente" de la Gran Logia de España

"La Francmasonería es una Orden a la cual no pueden pertenecer más que hombres libres y respetables que se comprometen a poner en práctica un ideal de Paz Amor y Fraternidad" 

Regla de los Doce Puntos incluida en la
Constitución de la 
Gran Logia de España.


Sociedad



La Masonería Española ante el ataque
de su sede en Madrid

 
La Gran Logia de España ha sido víctima de un ataque perpetrado contra su sede en Madrid. Esta semana la puerta y fachada principal amanecían cubiertas de grabados entre los que se distinguían expresiones como “Massoness no” (sic), “Rojos no” o “Viva Franco”, además de diversos símbolos utilizados por la extrema derecha.

Desde la Gran Logia de España queremos agradecer las muestras de apoyo de personas, instituciones españolas y Grandes Logias de todo el mundo cada vez que padecemos uno de estos ataques. En la historia internacional de la Orden, nuestro país ocupa un lugar preeminente entre aquellos donde la Masonería y sus valores fueron perseguidos con mayor crudeza, eficacia y perseverancia durante el siglo XX. Por eso, especialmente con las Grandes Logias y Grandes Orientes de los 174 países con los que mantenemos relaciones, nos esforzamos por explicar que, a pesar de estas expresiones puntuales de odio, fanatismo e intolerancia, el Estado español ampara y protege a la Masonería, como ocurre en la totalidad de los Estados democráticos del mundo.

Este no es el primero ni será el último ataque a la Orden que desde hace siglos se esfuerza por ser un faro que proyecte los valores que han permitido al hombre construir sociedades cada vez más justas y democráticas. Sabemos que no somos los únicos defensores de esos valores, pero también sabemos que, como masones regulares, llevamos defendiéndolos toda nuestra larga y augusta historia. La unica utilidad de estos ataques es recordarnos la enorme fragilidad de ese sistema de valores: el derecho a pensar y expresarse libremente, la fraternidad debida hacia cualquier ser humano que sufre, la tolerancia entre personas con diferentes creencias espirituales e idearios sociales, o la obligación que tenemos todos los seres humanos de conocernos a nosotros mismos para crecer como personas y ser más útiles a nuestras sociedades.

Que este ataque sirva, a nosotros y a la Sociedad Española a la que servimos, para reflexionar juntos sobre la belleza de ese ideal de convivencia al que se ataca y el largo camino que aún nos queda por recorrer para alcanzarlo. 


Gran Logia de España




35 aniversario de la legalización
de la Masonería en España

 
En julio de 1979, la Sala Cuarta del Tribunal Supremo sentó las bases del proceso de legalización de la Masonería en España, al reconocer por primera vez, tras 43 años de prohibición y 40 de exilio, el derecho irrevocable de una institución masónica, el Grande Oriente Español, a ser inscrito en el Registro Nacional de Asociaciones.

El Grande Oriente Español, fundado en 1889, retomó su presencia pública en España en 1977 y sometió su legalización a la Justicia poco después de la aprobación de la Constitución. La autoridad gubernativa había denegado la inscripción en el Registro Nacional de Asociaciones alegando que la Masonería no respetaba los límites de la Ley de Asociaciones de 1964, que tenía un carácter secreto expresamente prohibido por la Constitución y que el artículo 22 de la Carta Magna aún no había sido desarrollado.

Frente a estos argumentos, primero la Audiencia Nacional y luego el Tribunal Supremo de forma irrevocable, reconoció en su sentencia número 47.103 el derecho de la institución a una plena existencia legal sin que a ello pudiese oponerse "una vieja concepción constitucionalista no recogida en el actual texto básico, regulador de la convivencia nacional". "No se ha acreditado el secreto de la asociación citada" ya que "todas cuantas alegaciones se han efectuado al respecto carecen de fundamento", añadía el Supremo en su sentencia de 1979.

En 2001, la Gran Logia de España, reconocida como asociación en 1980 y masónicamente en 1982, y el Grande Oriente Español quedaron indivisiblemente unidos, reuniendo así en una sola institución a la depositaria de la historia de la Masonería Española con la garante de la regularidad masónica y el reconocimiento internacional en nuestro país.


Gran Logia de España



Un centenar de Hermanos participan en el
IV Encuentro de Masones Jóvenes

 
En torno a un centenar de Queridos Hermanos acudieron a celebrar el IV encuentro de Masones Jóvenes con el Gran Maestro de la Gran Logia de España, el Muy Respetable Hermano Óscar de Alfonso. Los Masones Jóvenes son todos aquellos que, con independencia del grado iniciático que han alcanzado, ingresaron en la Orden hace menos de siete años. En esta edición, más de la mitad de los participantes se había iniciado en el último año.

En un marco de agenda abierta, este acto anual, que comenzó a celebrarse en 2010, permite el encuentro entre el Gran Maestro y la generación de masones que constituye el futuro inmediato de la Masonería Española. Al encuentro acudieron hermanos de las diferentes provincias masónicas y de los cinco principales ritos practicados en la Gran Logia de España.

A lo largo de la jornada, el Gran Maestro y los Queridos Hermanos asistentes abordaron temas como la estabilidad de la Orden, el crecimiento de los talleres, el cometido de la Gran Logia de España, su comunicación externa y los límites del posicionamiento de la institución respecto a los acontecimientos sociales.

Los Hermanos intercambiaron opiniones y experiencias en torno a la aportación de valor y las mejores prácticas del método masónico en su desarrollo personal. La jornada, que sirvió a los hermanos para establecer nuevos vínculos, incluyó ejercicios de meditación, a través de la visualización guiada de simbología masónica.

Fuente:http://us7.campaign-archive2.com/?u=4406fe7d64e95e62cb07ce8d9&id=6dcae3fc9e&e=6da402208a

sábado, 12 de julio de 2014

Artículo de opinión: es de justicia democrática


Hablar del Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife probablemente sirva como elemento de enganche con el tema central del presente artículo: la recuperación de un legado que es nuestra propia historia. Tal construcción de 1900, proyectada por Manuel de Cámara y levantada por los masones de la Logia Añaza, ahora Bien de Interés Cultural, es uno de los máximos exponentes de la arquitectura masónica en nuestro país. Y, como todo lo relacionado con la Masonería, a partir de julio de 1936 comenzó un proceso “de acoso y derribo” que no acabaría (administrativa y oficialmente) hasta la legalización de tal organización en el año 1979.

En el citado edificio situado en la c/ San Lucas de la capital tinerfeña se desarrollaron las distintas actividades de los masones previas a 1936, ya fuesen ordinarias o extraordinarias, internas o externas, como bien podría citarse la existencia de la Escuela de Añaza, centro educativo gratuito financiado por la propia organización. Sin embargo, y tras el levantamiento franquista contra la II República, fue ocupado, y el 15 de septiembre del año 1936 (fecha del primer decreto de Franco contra la Masonería), fue requisado, expoliado y cedido a la Falange Española, principal organización adepta al bando sublevado. Comenzaría así un periplo que alejó su utilización de la de los fines propios para los que fue erigido, pasando a ser farmacia y óptica militar, hasta su venta por parte del Ministerio correspondiente al Ayuntamiento de Santa Cruz en 2001 por una cantidad cercana al medio millón de euros.

Tras la firma del convenio entre el Consistorio santacrucero, el Supremo Consejo del Grado 33 del REAA para España y de la Gran Logia de España para la recuperación de tan emblemático espacio, parece que esa densa niebla que ha envuelto a la Fraternidad Masónica después de los cuarenta años de dictadura franquista se comienza a disipar con la naturalidad con la que se deben desarrollar las cosas en un ambiente democrático y justo. Afirmo lo anterior basándome en que, como estudiante de Historia y como ciudadano quiero que mi país reconozca, como justamente ha reconocido el de otros colectivos, el aporte histórico de la Masonería Española a la sociedad, a la cultura y al librepensamiento, alejándonos siempre, para cumplir con cierta calidad humana, de ideas preconcebidas y del “morbo” que, desgraciadamente, ha sido el caldo de cultivo de multitud de trabajos sobre el tema.

Los masones fueron un colectivo duramente castigado tras la sublevación militar de 1936, junto a otros grupos sociales, culturales y políticos. Quizá el mejor ejemplo sea el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo[1], cuyas sentencias incautaban bienes y privaban de la libertad a aquellos que se habían sentido lo suficientemente identificados con el Código Moral Masónico como para pedir su ingreso en una Logia e iniciarse. No fue la represión contra los masones algo  acontecido únicamente en España durante la dictadura del General Franco, sino que fue elemento coincidente de los gobiernos dictatoriales del pasado siglo XX, tanto de un signo político como de otro (la defensa de la libertad de conciencia y de pensamiento es algo que los fanatismos no tienen por costumbre perdonar). Eso no quiere decir, de ningún modo, que sea un tema menor.

Trabajos históricos científicos serios y centrados en aspectos con la suficiente relevancia como para merecer la atención de distintos grupos de investigación o de profesionales como bien podríamos nombrar a Ferrer Benimeli, Martínez López, Álvarez Lázaro o Manuel de Paz, nos han descubierto un horizonte relacionado con la historia de la Masonería y de la vida personal de sus miembros alejado de visiones influidas por teorías decimonónicas más centradas en ideas fantasiosas basadas mayormente en “rumores” que en pruebas, ya fuesen en soporte físico u orales.

A día de hoy, en el Estado Español, existe un tímido pero firme interés por los estudios masónicos desde una perspectiva científica y natural, centrado más en ideas y principios que en nombres destacados; más en el compromiso social que en rebuscadas influencias políticas a gran escala: es fruto del deseo de Verdad. Nada más y nada menos que de conocer esa contribución de un colectivo determinado a la construcción de un tejido que tanto incomodaba a todos los radicalismos del siglo XX. Ejemplos son el Master de Historia de la Masonería de la UNED, las distintas jornadas que pueden organizarse durante un curso académico en las instituciones universitarias de todo el país o el acuerdo para la constitución del Centro Internacional de Estudios Masónicos Añaza: pilares todos de la lente con la que podremos ver a la Masonería sin tapujos, eliminando miedos ya caducos y propios de otras épocas que sólo deformaban la realidad.

Mi deseo como ciudadano y como estudiante, es el de, algún día, poder acceder al Templo Masónico de la C/ San Lucas con la intención de observar paneles de exposiciones sobre aquellos que defendieron mi derecho a pensar libremente y a comprobar en mi propia piel los efectos de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, o la de acudir a conferencias que demuestren teorías comprobadas y no mentiras aceptadas por repetición sobre los masones, que no son más que personas normales que vieron en esa organización la posibilidad de explotar y fomentar los ideales que en su vida les movieron, ya sea pública o privada. Al igual que se recoge en el proyecto de colaboración presentado por la administración canaria junto a la Masonería, habría que reconocer y saldar la deuda histórica de nuestra sociedad con el movimiento masónico en general y con la Masonería en Canarias más particularmente.

Con la recuperación del legado masónico de la capital tinerfeña, se abre la posibilidad de hacerlo con el resto, y mayormente el intelectual, que tanto cambió nuestra sociedad. Algún día este país valorará enormemente la contribución de la Masonería Española en su propia historia, y recordará de forma honrosa a esos hombres que decidieron que perteneciendo a la organización masónica serían mejores, practicando el bien por el bien mismo. Es de justicia democrática.

Luis Díaz

Estudiante de Historia en la Universidad de Almería

 

[1] Nacido en el artículo nº 12 de la Ley de 1 de marzo de 1940. Desapareció el 8 e febrero del año 1964 ya que transfirió parte de sus competencias al Tribunal de Orden Público. Sus documentos se encuentran en el Archivo General de la Guerra Civil Española localizado en Salamanca. 
 

MVH:. Txema Oleaga, elegido Gran Maestro de la Gran Logia de España

12 de marzo de 2022.  El Muy Venerable Hermano Txema Oleaga ha sido elegido como Gran Maestro de la Gran Logia de España. Un tot...